6- Trauma Generacional


6. a. Extractado de “Transmisión entre generaciones. Los secretos y los duelos ancestrales” Alicia Werba


LO INDECIBLE Y EL ENIGMA DE SU TRANSMISION

(…) la transmisión de los duelos y secretos provenientes de generaciones anteriores y sus efectos sobre las generaciones siguientes.
(…) defino los duelos ancestrales como duelos no procesados, en los que los ancestros siguen teniendo presencia a través de los descendientes. Estos ancestros son personajes idealizados, cuya representación ha sido investida con una fuerte carga libidinal y/u hostil y que a modo de “muertos vivos”, no han logrado, por diferentes razones, una verdadera sepultura psíquica en sus descendientes.
(...) Se trata de un proceso inconsciente, por el cual uno o varios miembros de una familia, son identificados por el ascendiente, en relación a un tercero (el ancestro), e investidos con la carga libidinal y/u hostil destinada a éste. Al tomar, los descendientes, esta designación para sí, un sector de su psiquismo queda atrapado en una identificación alienante. Alienante porque los despoja de la posibilidad de acceder a la verdad de su identidad y por lo tanto a su propia historización.
(...) Es un tipo de identificación que condensa tres generaciones y la define como alienante porque es portadora de una historia que, en parte pertenece a otro.
(...) Los duelos ancestrales se asemejan a los duelos patológicos en que, lo que no ha podido ligarse a la palabra son fundamentalmente los afectos provocados por la muerte de figuras significativas. Por otra parte, se diferencian de los mismos, en que la dificultad de tramitación no se refiere solo a una pérdida propia, sino a una pérdida no elaborada, sufrida por un ascendiente, que produce efectos e impone un trabajo psíquico inconciente plus a la descendencia. Cuando en primera generación se clausura el procesamiento de un duelo, las generaciones siguientes no reciben las condiciones para la nominación de las emociones asociadas a los efectos de dichas experiencias.
(...) En una particular modalidad de clivaje del Yo, el contenido de este secreto puede ser encriptado.
(...) Este espacio guardará, también en forma impermeable, tanto emociones ligadas a un goce prohibido como intensos sufrimientos que aluden a la escena, objeto de silenciamiento. En ellas el sujeto puede haber sido participante directo o indirecto.
(...) El ocultamiento de hechos de tal envergadura, supone una perturbación en la estructura familiar que lo padece. Sus efectos pueden rastrearse en aquellos descendientes que se transforman en portadores de un secreto que desconocen. Lo importante no es tanto el contenido del secreto, en general de difícil o de imposible acceso, sino la transmisión de su estructura y los ropajes con los que se reviste en sus manifestaciones.
(...)Tanto en los duelos como en los secretos provenientes de generaciones anteriores, los descendientes recibirán la carga de tomar para sí aquello que corresponde a una historia que en parte no les es propia y deberán realizar con ella algún tipo de trabajo psíquico plus, destinado a la elaboración de lo que las generaciones anteriores dejaron en suspenso.
Para poder acceder a su propia historización y por lo tanto apropiarse de su subjetividad, deberán poder salir de las identificaciones alienantes inconscientes, fruto de esta no elaboración.
(...) Lo indecible en primera generación se transforma en un innombrable en la segunda y en un impensable en la tercera.
Al no haber sido nominadas dichas experiencias emocionales por los padres, no pueden ser objeto de ninguna representación verbal en los descendientes, lo que conduce a un proceso posiblemente frustro de simbolización. Especialmente en los períodos turbulentos en los que el padre portador de cripta se descompensa, por ejemplo con desbordes de angustia, de cólera, depresivos, el hijo debe realizar todo un trabajo psíquico destinado a comprender lo que sucede.
(...) “lo innombrable puede adquirir la forma de fobias, compulsiones obsesivas, problemas en el aprendizaje, etc. que, no están solo ligadas al conflicto entre deseo y prohibición, sino también al conflicto entre el deseo de saber y comprender y las dificultades que el contexto impone a dicho conocimiento”.
Cuando en la tercera generación nos encontramos con lo impensable, “el descendiente puede registrar en sí mismo, sensaciones, emociones, imágenes, potencialidades de acción, angustias sin nombre, síntomas corporales que le parecen bizarros, desarrollar síntomas desprovistos de sentido y que no se explican sólo por su propia vida psíquica”.
A diferencia de lo reprimido, que cuando se hace consciente se desvanece, lo transgeneracional cuando se hace consciente es reconocido en su ajenidad por el sujeto que lo transporta.
(…) “El proceso identificatorio inconsciente alienante, congela al psiquismo en un siempre, que es un carácter del inconsciente, considerado atemporal. Tal vez sería más correcto hablar de otra temporalidad. Cuando se conoce la historia secreta se puede modificar los efectos que tiene sobre el yo, modificar el clivaje alienante. Este proceso de desidentificación permite restituir la historia en tanto ésta pertenece al pasado. La desidentificación, en consecuencia, es la condición de la liberación del deseo y de la constitución del futuro”.
(…) en algunos casos, estos vacíos de investiduras conducen a la creación de un espacio no semantizable, creando lagunas de sentido a través de las cuales se infiltra lo transgeneracional.
Es indudable que formamos parte de una cadena generacional de la que somos tributarios y portadores. Esto tiene sus consecuencias e implica una gran responsabilidad. Desde esa perspectiva, las ofertas y referentes identificatorios provenientes de las generaciones anteriores son factores que contribuyen a la constitución del psiquismo. Ancestro y descendencia contenidos en el vínculo de tres generaciones, son los polos que marcan la posibilidad de continuidad de la transmisión generacional o la ruptura de la misma. Sólo a condición de algún tipo de transformación es posible apropiarse de aquello que nos es transmitido.

6. b. Extractado de "Entre el secreto necesario y la pasión alienante" 
Daniel Waisbrot, Psicoanalista.


La temática del secreto nos convoca. (…) hasta los riesgos de la alienación por el desconocimiento absoluto de trozos de su propia historia imposibles de ser metabolizados, elaborados, inscriptos en una cadena significante que le permita ser, justamente, parte de esa historia.
 (…)  que aquello  indecible en una primera generación se transforma en un innombrable en la segunda y en un impensable en la tercera, (…) imposibilitando el proceso de historización simbolizante.
 (…) Al diferenciar entre transmisión transpsíquica e intersubjetiva, plantea que no es lo mismo aquello que se transmite entre los sujetos que lo que se transmite a través de ellos.
 (…) “Algunas familias quedan estructuradas en torno a secretos grupales que deben conservarse definitivamente silenciados. La consigna tácita es que sus miembros nunca deben referirse a lo que saben y menos aún a pensarlo o decirlo todos juntos. Fantásticamente se evita así la desintegración familiar que se produciría al difundirse algún hecho penoso o vergonzoso”.
 (…) “La función inconsciente del secreto remite a evitar el dolor psíquico inherente a develar actos que conllevan la ruptura de ideales personales, familiares o grupales, y que podrían acarrear la afectación o la pérdida de la pertenencia a nivel familiar, social o grupal. “Se conforma así una modalidad vincular, caracterizada por la exclusión de unos, los que “saben”, de aquellos que “no saben”. El grupo queda así escindido en una organización dualista y opuesta. Esa modalidad vincular puede llevar a la producción de diversas alteraciones en el funcionamiento familiar”.


6. c. Extractado de "Trauma Transgeneracional" Autor: Aliza Edelson


“Un decir sepultado de un padre es en el niño un muerto sin sepultura”.
 N. Abraham.

El concepto de TRAUMA TRANGENERACIONAL  pretende ampliar esta visión de cómo la psique se estructura. (…)las experiencias traumáticas sufridas, mas no elaboradas, de generaciones anteriores son determinantes para la estructuración de nuestra personalidad. Abraham y Torok,  psicoanalistas húngaros, desarrollaron esta teoría después de trabajar con sobrevivientes del Holocausto (Shoá).
(…) sino también por los “secretos innombrables” y no hablados de las generaciones anteriores. Estos autores afirman que, cuando el evento traumático es demasiado vergonzoso, la persona que lo sufre no logra ni reprimirlos ni elaborarlos y se ve forzado a encriptarlos.
 (…)  el trauma no es consecuencia (solamente) de lo reprimido, sino de LO ENCRIPTADO. Hablan de un mensaje encriptado, precisamente porque es algo  indescifrable, incapaz de ser elaborado.
 (…) estos dos teóricos comenzaron a investigar sobre el tema después de trabajar con sobrevivientes del Holocausto. Basan su teoría en el hecho de que esta generación de personas tuvo que “olvidar” los campos de concentración y a sus muertos. Para poder seguir viviendo, tuvieron que “encriptar” estos recuerdos demasiado dolorosos para ser elaborados o “metabolizados” psíquicamente.
 (…)son importantes no sólo las experiencias individuales, sino también las de los padres, abuelos y personas cercanas; sus vivencias serán determinantes en el desarrollo y funcionamiento psíquico de cada individuo.
 (…) La experiencia no es traumática por sí sola, sino que depende de la capacidad o incapacidad del ambiente para  permitir “metabolizarlo” de manera más o menos exitosa. Cuando el ambiente no permite al individuo elaborar su duelo, éste se “encripta” y pasa la consigna de elaborarlo a la siguiente generación. 
(…) una “transmisión intergeneracional del vínculo” para explicar cómo en el desarrollo de los hijos pueden verse reflejados conflictos de la infancia de los padres. Introdujo el término de “mandato trangeneracional” para explicar que los hijos muchas veces son portadores de un “secreto de familia” el cual les es transmitido de forma inconsciente.


6. d.  Extractado de “La niña del punto final. Los efectos de lo silenciado entre generaciones" Por Dra. Gisela Untoiglich 


(…) los efectos del Terrorismo de Estado a lo largo de las generaciones en toda la región (…) no es un problema de un grupo particular –los 30000 desaparecidos en Argentina y sus familias, los torturados, los muertos – sino que nos atañe como sociedad y que los efectos y las responsabilidades de estos hechos continúan teniendo consecuencias (…) y los efectos de estos delitos de lesa humanidad se transmitirán a través de las distintas generaciones.
 (...) René Kaës (1983) refiere a la noción de trabajo psíquico de la transmisión entendiéndolo como proceso y resultante de ligazones entre aparatos psíquicos y las transformaciones operadas por dichas ligazones. Subraya la diferenciación entre lo que es transmitido y aquello que es recibido y cómo estos elementos son transformados por las nuevas generaciones. Cada sujeto metaboliza, reinscribe e interpreta el legado, sin que existan causalidades lineales.
 (...) En el caso de los desaparecidos en Argentina, habiendo transcurrido 37 años del golpe cívico-militar, ya existen en muchos casos 4 generaciones involucradas: los desaparecidos, sus padres que los buscan (muchos de ellos, lamentablemente fallecidos), sus hijos nacidos en cautiverio y apropiados, hoy ya adultos (400 de ellos todavía están siendo buscados), y los nietos de aquellas personas que han sido desaparecidas.
 (…) Algunos de ellos han confirmado su filiación hace relativamente poco tiempo, lo cual implica distintos efectos en sí mismos y en su descendencia.
 (...) ¿Cómo tramitar una historia que resignifica todo el pasado, que reubica a todos los participantes en otro lugar, que transforma a supuestos padres (en algunos casos ya abuelos) en apropiadores?
 (…) esta no es sólo una historia individual, son historias subjetivas atravesadas por responsabilidades sociales, por una época histórica que las determinó, por un Estado que traicionó a sus ciudadanos y tuvo una política de aniquilamiento de todo aquel que pensaba diferente y las consecuencias de estas políticas se siguen pagando hasta la actualidad, debido a que existen personas que aún desconocen su identidad.
 (...) Los acontecimientos históricos sucedidos en la última Dictadura cívico-militar en Argentina han sido de una crueldad inusitada, con efectos que repercuten hasta el día de hoy en toda la sociedad. Esto no desconoce el hecho de que algunos sujetos en particular fueron atravesados por la historia de un modo mucho más pregnante que otros.
 (...) Cuando un ser humano nace, su subjetividad se va constituyendo en el anudamiento del bagaje biológico con el que llega, los anhelos, deseos, temores y fantasmas de los que lo esperan y se hacen cargo de su crianza, en un medio social y un tiempo histórico que lo van a alojar.
 (…) el “pacto denegativo” se sostiene bajo la premisa de que es necesario excluir todo aquello que pudiera poner en peligro el vínculo entre sus componentes. En los casos de los niños apropiados, para sostener estos pactos, del lado de los hijos, fue necesaria una inmensa cantidad de energía psíquica al servicio de desconocer los indicios que se filtraban por doquier, pero que era necesario poner a un costado debido a que la supervivencia tanto física como psíquica dependía de los apropiadores.
(...) La identidad se construye a lo largo de la vida, nos da mismidad y nos diferencia de los otros. En la construcción de esa identidad se juegan los legados de los ancestros. Pero ¿qué acaece con la identidad cuándo todas las referencias históricas legadas pierden sentido? ¿Qué sucede cuando aquellos valores que fueron transmitidos entran en contradicción con los verdaderos ancestros?
 (…) cada sujeto que nace es signatario y continuador de una cadena generacional, parte de un conjunto que lo sostiene y le da pertenencia. Sin embargo, cuando se descubre que desde el inicio hubo un delito, del cual los supuestos padres fueron, cuanto menos, cómplices, ese contrato se quiebra, dejando al sujeto en estado de desamparo. Para atravesar estas situaciones serán necesarios múltiples trabajos de duelos, duelo por la historia que no tuvo y por lo que no pudo ser vivido, duelo porque la historia de la cual partió es apócrifa, duelo por el tiempo que fue arrebatado, duelo por lo que nunca se va a saber. Todos estos trabajos dejarán marcas a las cuales se enlazan los tiempos subjetivos, los tiempos judiciales, los tiempos de los diferentes familiares (…)
 (…) lo silenciado está presente en las distintas generaciones. Entendemos lo silenciado como aquello que está presente, no necesariamente con palabras, pero que no tiene habilitada la posibilidad subjetiva de tramitación simbólica.
 (…) lo silenciado en una familia, como acto singular y lo silenciado en una sociedad.
 (…) Las representaciones sólo son historizables del lado del sujeto, cuando a partir de un trabajo psíquico, puedan ser situadas como recuerdos, accesibles al yo.
 (...) Partimos de la idea de una subjetividad que se constituye atravesada por los avatares de los múltiples encuentros y desencuentros, enmarcados en una realidad socio-histórico determinada. Se concibe un sujeto entramado, surcado por “series complejas” que subrayan la multicondicionalidad de los fenómenos (Rojas, M. C., 2007), tanto desde el punto de vista biológico, como psíquico y social.
 (...) Uno de los elementos de este armazón es la transmisión parental. “La transmisión parental adquiere la particularidad de inaugurar para cada hijo una forma singular de apropiarse de su herencia psíquica. Con la versión que de ella se dé a sí mismo, el niño va a construir los recursos de significación para interpretar el mundo que lo rodea, su lugar en él, su identidad”.
 (…) ¿qué lugar ocupa aquello silenciado en las diferentes generaciones, o más aún aquello que intenta ocultarse, o las versiones de la historia familiar que se construyen en base a mentiras?
(…) el hijo queda sujetado a lo que los padres dicen o silencian. Su supervivencia psíquica y su capacidad de pensar quedan inmovilizadas, ya que el niño no tiene libre acceso a la información que circula, por lo tanto puede ocurrir que termine poniendo en acto esa imposibilidad, por ejemplo a través del no atender, o del no parar de moverse.
 (…) la “violencia de la transmisión” deja una marca más allá de la accesibilidad del lenguaje que se transforma en “una transmisión de cosa.” (...) los objetos perdidos por quienes nos precedieron y que son trasmitidos aun parcialmente en duelo, así como también los significantes congelados, enigmáticos, brutos, sobre los cuales no se ha operado ningún trabajo de simbolización”.
 (…) cuál es el estatuto metapsicológico de la mentira, sobre todo cuando este engaño atañe a cuestiones ligadas al origen. La autora diferencia la mentira, de la represión, proponiendo que la primera está más ligada a la renegación, afirmando que si sobre los mitos familiares pesan secretos de filiación, la confianza en las verdades psíquicas, que es fundante, podría verse destruida.
 (...) “Ser heredero implica estar inscripto en una cadena genealógica que lo incluye más allá de su voluntad, en la continuación de una historia que lo antecede. Esta filiación simbólica, enlazada como inscripción psíquica, es el movimiento relacional en el que se constituye como sujeto, a través y por el deseo de otro que lo precede.
 (...) Al transmitir los objetos, en tanto objetos psíquicos representacionales, simultáneamente se transmiten los procesos de su constitución y los fantasmas que organizan, contextualizan y ligan los objetos. (…)
 (…) El nuevo ser no recibe pasivamente aquello que le es transmitido, con los elementos que posee arma sus propias elaboraciones al respecto y organiza sus propias defensas psíquicas, que en distintos momentos de la vida tendrán diferentes predominios. Nos encontraremos con renegaciones, desmentidas, vacíos, preguntas que no pueden formularse, entre otras posibilidades.
(…) El proceso de filiación hace referencia a de quién se es hijo y deja constancia de los datos filiatorios con los cuales alguien se reconoce como perteneciente a cierta cadena genealógica. Estos procesos confluyen en la construcción de la identidad.
El movimiento de inscripción filiatorio que instituyen los padres anuda pasado, presente y futuro. ¿Qué sucede cuando este movimiento es apócrifo? ¿Cómo se arman las identificaciones cuándo hay un falseamiento en el origen?
(…) la filiación es al mismo tiempo, una realidad biológica, una realidad social y una realidad psicológica. La dictadura cívico-militar a través del mecanismo de la apropiación de menores intentó suprimir los vínculos generacionales y filiatorios. (…) intentaba negar la procedencia de estos niños, creyendo que se puede hacer borrón y cuenta nueva en la vida de un sujeto, contando con un sistema de impunidad legal por parte de los militares y complicidades civiles.
 (...) En los casos de aquellos que todavía no tienen la información acerca de su procedencia, los apropiadores ejercen sobre estos sujetos una violencia que continúa hasta la actualidad. (…)  enfrentarse con esta información (que de algún modo, en parte, es sabida) conmueve toda la estructura sobre la cual el sujeto tiene construida su identidad, pero a su vez es un acto liberador, que tendrá que ir siendo procesado a lo largo de mucho tiempo. (…) El sufrimiento, la culpa, las ambivalencias, son inevitablemente parte de un proceso. Cada uno irá construyendo, en sus tiempos, su propio camino.